
Esta cobertura es parte de una serie especial, Cumbia across Latin America, un reportaje visual en seis países documentado durante varios años, que abarca seis países y cubre a las personas, lugares y culturas que mantienen vivo este género musical.
Luciano Rombolá, conductor del programa radial y digital Cumbia de la Pura, llama a la cumbia argentina "la música tropical del fin del mundo". También dice que no se puede analizar la historia de este fenómeno cumbiero sin pensar en la migración. Hacia la década de 1950, la Universidad de Buenos Aires recibía a migrantes extranjeros que podían estudiar gratuitamente. Esto atrajo a muchos estudiantes de música; uno de ellos fue el costarricense Mario Castellón, quien formó una agrupación junto a dos colombianos, un peruano y un chileno para amenizar una boda. Así nacieron Los Wawancó, una de las bandas de cumbia más icónicas y fundacionales de Argentina.



A través de los años, llegaron otras influencias a la cumbia argentina, que incluyen —pero no se limitan— a la chicha y al huayno tropical de Bolivia, la cachaca de Paraguay, las cumbias chicheras, chacaloneras y norteñas del Perú, y, por supuesto, la cumbia colombiana.




Durante la dictadura militar que gobernó Argentina desde 1976 hasta 1983, muchas personas migraron a la capital en busca de mejores oportunidades. Así se fue poblando el conurbano bonaerense, una especie de zona intermedia entre la Ciudad de Buenos Aires y el resto del país, donde migrantes de otras regiones y países encontraron vivienda accesible. Con el regreso a la democracia en los años ochenta, se abrieron boliches bailables donde las comunidades y sus conjuntos musicales contaban con un espacio propio. A muchos de estos lugares se los denomina bailantas, un término originalmente peyorativo, ya que estos salones de baile estuvieron históricamente asociados a comunidades trabajadoras y marginadas de menor estatus social. Sin embargo, el término ha sido reapropiado por las comunidades cumbieras. A la cumbia también se la ha denominado música de "negros", ya que históricamente ha sido consumida por las clases populares y migrantes.





A medida que la demografía de Argentina ha evolucionado, también lo ha hecho su cumbia, convirtiéndose en un reflejo de las diversas voces y experiencias que dan forma a la nación hoy en día. Mientras Adrián Chauque y los Dados Negros animan las fiestas de bolivianos y migrantes del norte argentino en alguna bailanta del conurbano, Rocío Quiroz canta su cumbia villera en Pasión de Sábado, y Cachitas Now!, una banda disidente, le canta a un público universitario y queer en La Plata. Adrián interpreta las cumbias de antes, las de amor y desamor; Rocío también, pero con un lenguaje más callejero. Las Cachitas, cansadas de las letras misóginas de muchas cumbias, decidieron ponerle su propia impronta al género y apropiarse de este ritmo. Melissa Lobos, vocalista de Cachitas Now!, afirma: "¡La cumbia es de todes! No hay que ser ajeno al contexto en el que estamos. No se pueden tener ideas tan tajantes: 'la cumbia es esto y no lo otro'. Para mí, la cumbia buena es la que me hace bailar o la que tiene un estribillo que me dan ganas de cantar a los gritos".



En lo único en lo que coinciden casi todos los argentinos —de todas las clases sociales y culturales— es en Gilda. Siendo maestra jardinera, decidió lanzarse a cantar a pesar de no tener el cuerpo voluptuoso de otras artistas de su época. Gilda llegó al corazón de la gente a través de su voz, sus composiciones y las historias que cuentan sus fans, quienes le atribuyen milagros en vida. En aquellos años —la década de 1990— ella ya hablaba de perspectiva de género, de seguir los sueños, de volar alto. Como muchos de sus colegas cumbieros, que han muerto en la carretera por correr de un evento a otro, Gilda falleció en un accidente de tránsito y se convirtió en la santa de la bailanta. Gilda es un símbolo de libertad, y sus canciones siguen siendo interpretadas a lo largo del continente.
Esta cobertura se realizó con el apoyo del programa de Explorers de National Geographic Society.
Karla Gachet es fotoperiodista radicada en Los Ángeles, California. Puedes ver más de su trabajo en su sitio web, karlagachet.com , o en Instagram en @kchete77.
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